viernes, 30 de noviembre de 2012

Hasta que pase la tormenta.

No se si después de 2 o 3 meses debería seguir alargando esto...creo que esta historia merecería un tiempo de descuento para intentar salvarla, para ver si podemos ganar o todo está mas que perdido.En el fondo se que la magia se esfumo con aquel adiós en el que tu reías y yo creía morir de amor... Muy metafórico el término, pero es cierto que algo murió. Murieron aquellas tardes al despedirnos en las que me sentía la única chica en el mundo, aquellos besos que me empujaban a abismo, aquella manera de mirarnos. Una parte importante de la proporción de mi felicidad se fue con el otoño. ¡Y voila!.

Yo no quiero anclarme en un de esas historia perdida que tanto duelen, pero no necesito tampoco que venga nadie a regalarme la prosa si tú sigues siendo mi verso infinito. No me gusta correr, aunque lo nuestro fue rápido e intenso. No me gusta mentir, y mentí cuando dije que no quería complicarme la vida con nadie, pues faltaba un solo contigo. No soy sincera conmigo cuando me digo que ya no me importas y luego me inundan los recuerdos de un abrazo de verano o de un primer beso que quizás nunca olvide. Yo que pretendo dedicarme a buscar la justicia entre la inmoralidad del mundo, me pregunto si nuestra causa debería ser resulta de otra manera. No es justa esta mitad que nos estamos dando, tampoco lo es el hecho de ignorarnos como si nada hubiera ocurrido, como si no hubiéramos sido...No es justo que cuando el amor se acaba salga alguien perdiendo, ni tampoco es justo tu frío que me eriza la piel. Ahora bien, a mi favor tengo que decir que las brumas me obstaculizan la vista y el pensamiento está del revés, que si nos volvemos a ver un día de estos espero no caer a tus pies, porque eso es aún mas injusto que lo ya dicho y que aunque echo de menos tanto de ti, he acabado por aprender que una retirada a tiempo es una victoria.