domingo, 15 de noviembre de 2020

Pero el tiempo más grande que hay es el del amor si es amor infinito.


Sus ojos se abrieron mientras ella lo miraba como si fuera la primera vez que lo hacía. Ya lo había observado otras veces y estaba aprendiendo a descifrarlo.  Era muy buena estudiando a las personas y sus rarezas. Le encantaba observar sus peculiaridades  y guardar las que más le gustaban en un cajón de recuerdos. La risa espontanea solía ser su favorita. Le provocaba una fascinación tremenda. La risa es siempre un bálsamo para los sentidos. Él siempre tenía una sonrisa entre los dientes preparada para ella, esperando el momento exacto para salir a escena. Le encendía por dentro. Hacía que se  iluminara y vibrara como un cascabel. Él era una llama de vida y no parecía darse cuenta. Ella lo sabía y tenía muy claro que por fin, después de tantos naufragios, había encontrado el faro que tanto tiempo llevaba esperando.


11/08/2020