viernes, 21 de febrero de 2014

Sus ojos son un ventanal de par en par.



No espero que vuelvas, más lo deseo en cada vida que se me escapa. Se me antoja cercana aún tu sonrisa y me entretengo pensando cuantas bocas la desearían, más que la mía ninguna. No se que me lleva a este delirio, pues no fueron más de un centenar los besos de nuestra contrarreloj...pero  aún sigo esperando el ciento uno. El último el más corto y el más amargo.

Me he embarcado en causas perdidas más de dos veces; Ahora llegas tú, encabezando la lista de deseos que olvidar. Violento amor, de luces y música alta, de labios de alcohol, pero de deseo de noches de verano y también algunas de invierno. Amor de escribirte por las noches y tatuarte en estas letras que viven por ti, a mi lado. Amor de camas vacías y abrazos rotos, de caricias de antaño y de olvido...amor de ese que rompe la quietud, amor de palabras que murieron cuando tú cogiste aquel tren a sabiendas de que no volveríamos a cruzarnos para decirnos "no te alejes mucho, que ya te echo de menos".