No espero que vuelvas, más lo deseo en cada vida que se me escapa. Se me antoja cercana aún tu sonrisa y me entretengo pensando cuantas bocas la desearían, más que la mía ninguna. No se que me lleva a este delirio, pues no fueron más de un centenar los besos de nuestra contrarreloj...pero aún sigo esperando el ciento uno. El último el más corto y el más amargo.
Me he embarcado en causas perdidas más de dos veces; Ahora llegas tú, encabezando la lista de deseos que olvidar. Violento amor, de luces y música alta, de labios de alcohol, pero de deseo de noches de verano y también algunas de invierno. Amor de escribirte por las noches y tatuarte en estas letras que viven por ti, a mi lado. Amor de camas vacías y abrazos rotos, de caricias de antaño y de olvido...amor de ese que rompe la quietud, amor de palabras que murieron cuando tú cogiste aquel tren a sabiendas de que no volveríamos a cruzarnos para decirnos "no te alejes mucho, que ya te echo de menos".